El pasado 5 de junio el viceconsejero de salud pública y dirigente del plan anticoronavirus de la comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, señaló en medios de comunicación europeos que desde el mes de marzo han detectado 109 casos de Covid en el país infectados con la llamada “variante colombiana”, y que estos pacientes positivos provienen de pasajeros que han llegado a los aeropuertos internacionales desde Colombia.
Situación, ante la cual, la Organización Panamericana de la Salud, OPS en extensión de la Organización Mundial de la Salud OMS, emitieron un comunicado oficial desmintiendo la existencia de tal cepa, y señalando que, a la fecha NO hay variante colombiana de SARS- Cov2 y que la variante B1.621 en particular refiere a una de las cepas identificadas en el país (Colombia) por parte del equipo de vigilancia genómica de SARS-CoV-2 del Instituto Nacional de Salud INS, que se encargó de la caracterización del linaje en mención, que circula según investigaciones desde enero de 2021, en países como Holanda, México, España y Colombia, entre otros.
En el comunicado de la OPS- OMS se afirma: “Esta no es la primera vez que se relacionan las variantes del virus con el origen geográfico donde se identificaron (…) Esto resulta delicado, ya que además de generar información confusa sobre el origen del virus y el riesgo potencial que representa cada una de las variantes, propicia la discriminación y la estigmatización de países o territorios” sumado a ello, es válido recordar que el INS cuenta con equipos de investigación y de vigilancia genómica en función de detectar las llamadas por la OMS, Variantes de Interés (VOI) y Variantes de Preocupación (VOC), caracterizadas por ser mutaciones de fácil propagación.
Según la oficina de prensa de la OPS, Colombia ha podido secuenciar 1.085 genomas completos e identificar 64 linajes, por eso, el llamado vía twitter del Dr. Fernando Ruíz “Que un país reporte una cepa no lo define como lugar de origen. Esas imprecisiones alimentan la xenofobia»; como dato curioso una situación similar ocurrió en 1918 con la “gripe española” que en realidad fue un virus con origen estadounidense, pero fue atribuida a España por ser el país que informaba sin censura sobre el mismo, en medio de la I guerra mundial.