Permanecer al lado del paciente es un mandato que le otorga la ley a los profesionales de la salud dado sus especiales conocimientos y su vital rol en la atención en salud. No obstante, y debido a la alta carga laboral y al limitado tiempo al que se enfrentan en muchas ocasiones los médicos y especialistas, se presenta lo que llamamos –abandono del paciente-. Pero, ¿qué implicaciones jurídicas podría tener si comete esta falta?
En primer lugar, no todo cuidado puede ser delegado, es decir no se debe extralimitar las funciones del personal de enfermería y medicina general. Por ejemplo: en un embarazo de alto riesgo por una enfermedad hipertensiva, el seguimiento debe hacerse personalmente por el médico especialista en ginecobstetricia, en tanto que, si se delega dicha vigilancia, el personal no especializado podría omitir un síntoma o señal de alarma que el especialista sí detectaría.
Esta conducta implicará un mal seguimiento clínico y una señal de abandono, aún más si no existen evidencias de registros en la historia clínica del paciente por parte del médico tratante durante periodos prolongados de tiempo.
Cabe aclarar que en el ejemplo anterior el acompañamiento no termina con el turno, ya que el médico especialista debe garantizar que el profesional que reciba al paciente cuente con las mismas o mejores competencias, pues dejarlo en manos de un profesional de menor nivel es considerado también como abandono.
Otras conductas que pueden verse como abandono del paciente son:
- Realizar turnos de disponibilidad al mismo tiempo en dos instituciones diferentes.
- Administrar anestesia simultánea.
- Presentarse tarde al turno o retirarse temprano del mismo, esto en el entendido en que no se haga una debida entrega o recepción del paciente, entre otras.
Estas acciones generan consecuencias jurídicas que el profesional puede enfrentar y van desde una investigación disciplinaria al interior de la entidad donde laboral, por incumplir obligaciones de tipo laboral, hasta un proceso de responsabilidad civil en el cual debe demostrar que no incumplió con sus obligaciones a título de omisión generando así el daño alegado.
En muchos casos y si el abandono ocurrió en una ESE, la entidad podría recibir una demanda o la reclamación podría ir dirigida al profesional directamente, aquí se debe demostrar que el médico no incurrió en una falla del servicio por el presunto abandono, lo cual implicaría un proceso ante el tribunal de ética médica. En eventos mucho más infortunados el profesional de la salud debe enfrentarse a un proceso penal, donde deberá probar que el abandono no generó lesiones personales o un homicidio a título de culpa.
En conclusión, la relación médico paciente genera muchos deberes para el profesional de la salud, uno de los más relevantes es el realizar un seguimiento médico efectivo según el paciente lo requiera. En caso de que las entidades correspondientes lleguen a probar en un proceso judicial un posible abandono, se podría generar un indicio importante de negligencia médica y de esta manera atribuir al galeno una responsabilidad a título de culpa.
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