El talento humano en salud siempre se ha visto inmerso en situaciones que afectan su estado emocional, bien sea porque tratan con usuarios que en ocasiones son difíciles, o se involucran de más en la evolución o deterioro de la salud de sus pacientes; dichos profesionales, están sometidos a la aparición de eventos adversos e infinidad de contextos que hacen que su estabilidad emocional tienda a verse comprometida dadas sus estrategias de afrontamiento.
No obstante, la pandemia que se generó durante este 2020 ha sido una de las situaciones más difíciles que ha tenido que afrontar la población mundial en general, panorama en el cual el talento humano en salud, no se vio exento y por el contrario, aumento la carga emocional, a raíz de las responsabilidades profesionales y sociales, junto con el rol que cumplen en la atención y mitigación de la pandemia.
Entre las afectaciones emocionales que los profesionales han somatizado, inicialmente se evidencia la aparición de sensaciones como el miedo, los sentimientos de culpa, ansiedad y tristeza, reacciones que son normales frente a una situación estresante como la que estamos viviendo; sin embargo, teniendo en cuenta que el ser humano por naturaleza tiende a adaptarse a las situaciones, se puede observar que pese a que estas emociones son recurrentes, como seres resilientes aprendimos a controlar algunos sentimientos.
La pregunta en cuestión sería ¿qué tan conscientes somos de nuestras emociones y cómo las estamos afrontando? Pues bien, el primer paso para hablar de autocuidado personal, consiste en reconocer las emociones, e identificar qué situaciones me generan malestar todo esto con la única finalidad de comprender que, si yo estoy bien, las personas que están a mi cargo también lo estarán.
Como segundo paso, está el control de los pensamientos irracionales y esto se construye a través del reconocimiento de la situación y la identificación de la emoción que esto me produce, cuando soy capaz de generar la identificación de estos dos factores puedo controlar mi pensamiento, tratando de focalizar mi atención en otros escenarios. Situación que me permite dejar de lado los pensamientos negativos, y afrontar que si bien el mundo está en pandemia mi estabilidad emocional solo depende mí, y es lo que me mantiene fuerte.
Cuando gestiono las emociones y los pensamientos que me producen malestar, soy capaz de mantener una estabilidad emocional que propenda al autocuidado, y que garantice un bienestar psicológico personal.
Estas son algunas recomendaciones que promoverán sul autocuidado emocional:
- Reconocer la emoción.
- Control de pensamientos irracionales.
- Gestión de las emociones negativos.
- Relación controlada.
- Realización de actividades placenteras.
- Búsqueda de apoyo social.
- Exteriorización de la experiencia.
- Uso de experiencias pasadas en positivas.
Finalmente, es importante resaltar que todos en algún momento hemos estado sometidos ante escenarios que nos generan un desequilibrio emocional, pero que el hecho de identificar tanto el evento estresor como la emoción que producen en usted, le ayudarán al solventar y a vivir la situación de una manera más objetiva.