Con el objetivo de visibilizar las brechas en la atención en salud en las zonas rurales del país, el Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud presentó la segunda edición del Índice de Salud Rural (ISR), un análisis detallado sobre la cobertura y calidad de los servicios médicos en el territorio. Un foro realizado en la sede Chapinero de la Cámara de Comercio de Bogotá, el cual contó con la participación de líderes del sector salud, representantes del gobierno y especialistas en salud pública.
El ISR evaluó 37 indicadores en 30 departamentos, analizando la situación de 520 municipios, de los cuales 317 son rurales y 203 rurales dispersos. La investigación incluyó municipios priorizados en programas de desarrollo, como los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y las Zonas Más Afectadas por el Conflicto Armado (ZOMAC), evidenciando las condiciones actuales y las principales necesidades de estas comunidades en términos de acceso a la atención médica, infraestructura hospitalaria y distribución del talento humano en salud.
En cuanto a infraestructura hospitalaria, el 37,3 % de los hospitales públicos en municipios rurales se encuentran en riesgo financiero alto, un aumento significativo frente al 16,8 % reportado en 2022. Esta situación afecta la capacidad de gestión de las Empresas Sociales del Estado (ESE) y limita la sostenibilidad de la oferta de servicios en las zonas más vulnerables. Como respuesta, el Plan Nacional de Salud Rural (PNSR) ha destinado 1,219 billones de pesos para ejecutar 354 proyectos de infraestructura y dotación en 128 municipios priorizados. Entre estas inversiones se contempla la adecuación y mejora de 1.386 Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS) de naturaleza pública, así como la asignación de Equipos Básicos de Salud (EBS) en 145 municipios, de los cuales 81 pertenecen a los municipios PDET y 21 a ZOMAC.
Otro de los principales hallazgos del ISR es la persistente brecha en la distribución del talento humano en salud. Según los indicadores, mientras que en Bogotá hay una densidad de 48,6 médicos por cada 10.000 habitantes, en muchas zonas rurales la cifra es inferior a 10, lo que impacta negativamente la calidad y oportunidad en la atención.
Este tema fue central en el foro, donde se discutieron las dificultades para garantizar la presencia y permanencia del talento humano en salud en los territorios rurales y más vulnerables del país. Durante el panel moderado por el Dr. Augusto Galán, director de Así Vamos en Salud, expertos en salud pública señalaron que la escasez de personal médico se debe, en gran medida, a la falta de incentivos laborales y oportunidades de desarrollo profesional y familiar. Además, resaltaron la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad en estas regiones, ya que la violencia sigue siendo un factor determinante que limita la llegada y permanencia del personal de salud.
Finalmente, el foro permitió evidenciar que, si bien hay avances en términos de inversión y planificación, todavía existen desafíos que impiden que la atención en salud en zonas rurales sea equitativa y de calidad. La información presentada en el Índice de Salud Rural servirá como insumo clave para la formulación de políticas públicas orientadas a mejorar la cobertura, la infraestructura y las condiciones laborales del talento humano en salud en estas comunidades.
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